La tierra en la que nació Jesús era entonces, como lo fue antes y lo es aún hoy, tierra de conflictos ancestrales. La tierra que para los judíos es la Tierra Prometida es una estrecha franja de tierra el el extremo oriental del Mediterráneo.
A la izquierda, mapa de Peter Connolly (Ed. Oxford University Press) donde se aprecia el relieve de la tierra de Israel. A la derecha mapa donde se ubican las principales ciudades y los pueblos de Belén, donde nació Jesús y Nazaret, donde vivió su infancia y adolescencia. La franja que da al mar Mediterráneo es, en su mayor parte llanura. Hacia el este se forma una cadena montañosa de 130 km. de longitud por 30 km. de anchura y unos 500 metros de altura sobre el nivel del mar y que desciende al este para formar el valle del Jordán, una depresión de unos 300 km. por los que discurre este río en la que se encuentran el lago de agua dulce llamado mar de Galilea (o lago Tiberíades) y el mar Muerto, un lago salado que se encuentra en el punto más bajo de la Tierra (400 metros bajo el nivel del mar). Más al este se alza una cordillera de rocas calizas de unos 400-500 m. de altura sobre el nivel del mar. Al norte limita con Siria y al sur con el desierto donde habitaban los beduinos. La región de Galilea fue anexionada a Israel en 102 a.C. por Aristóbulo y pronto llegaron muchos judíos para repoblarla, ya que es la zona más fértil con su clima subtropical de abundantes lluvias. Allí crecían según Flavio Josefo palmeras, datileras, higueras, olivos, nogales, etc. Se cultivaba trigo, vid y lino. En el mar de Galilea abundaba el pescado y los pescadores, entre ellos estaba Simón, luego llamado Pedro que sería la cabeza visible de la Iglesia primitiva.
El mar de Galilea. Un lugar muy relacionado con Jesús.
En tiempos de Jesús la población judía de Palestina se estima en aproximadamente 1.000.000 de personas. Fuera de Palestina debía haber por lo menos la misma cifra viviendo repartidos por todo el mundo conocido (Diáspora): Alejandría, Babilonia y la parte oriental del Mediterráneo. En tiempos de Jesús, la influencia del helenismo impregnaba todo el Mediterráneo y también los judíos se sentían influenciados por la cultura griega. Por ejemplo, la lengua de la mayoría de los judíos de la Diáspora era el griego. Y no olvidemos que la redacción definitiva de los Evangelios de Marcos, Lucas y Juan se hizo en esta lengua.
¡Y Jerusalén! La ciudad santa para las tres grandes religiones, la capital de la tierra de los judíos, centro de toda su espiritualidad y por la que aún hoy se vierte la sangre de manera tan inútil y triste.
La Jerusalén de Jesús por Peter Connolly (Ed. Oxford University Press). Destaca la enorme mole del templo (7), la fortaleza Antonia adosada a él (8) y el palacio de Herodes donde Jesús fue juzgado por Pilato (1)
Cuando nació Jesús Palestina formaba parte del Imperio Romano, aunque gozaba de gran autonomía y tenía su propio rey, en ese momento Herodes llamado "el Grande", cuyo reinado nació en medio de guerras y crímenes y se desarrolló de manera igual de sangrienta (Herodes ordenó asesinar a casi la mitad de su familia), aunque fue un buen administrador que dejó las arcas llenas y modernizó enormemente su reino con un enorme plan de infraestructuras. Los judíos profesaban todos la misma fe, pero estaban divididos entre ellos por múltiples razones de carácter sociales, políticos, religiosos y geográficos.